Reproducimos la entrevista que Rolando Briseño le hizo a Pablo Mayans para la revista electrónica Cultura a la carte.
Rolando Briseño:
¿En estos años de labor editorial a cargo de La Palanca, de qué manera ha abordado la revista los cambios y continuidades en el arte, que básicamente se discuten entre lo que es la tradición y lo que llaman "idea art"?
Pablo Mayans:
Los cambios y continuidades no son nuevos, han estado ahí mucho tiempo, la discusión lleva un rato también, Duchamp inició, con una gran burla, algo que cambiaría la historia del arte para siempre, eso pasó el siglo pasado y se sigue discutiendo; pienso que la tradición es importante, tienes que saber dibujar, pintar, hacer un grabado, haber estado en un cuarto oscuro imprimiendo una foto, tienes que dominar la técnica que hayas escogido; pero también tienes que tener un background conceptual, tienes que saber qué quieres hacer y qué quieres decir, porque de otra forma puedes caer en el mundo de la “ocurrencia”; para mí, ahí es dónde se pierde tanto la tradición como el concepto, hay muchos que creen que hacen arte cuando en realidad, sólo hacen ocurrencias… y eso no sólo pasa en las artes plásticas, también lo vemos muy seguido en las letras. Al "volverse cada ves más fácil" crear arte o publicar literatura, la calidad necesariamente baja y te encuentras con autonombrados artistas o escritores que en realidad están muy lejos de serlo.
Tal parece que el consumo del arte que realizan las nuevas generaciones demanda expresiones alejadas de la tradición. Su argumento es que están hartos de ser pasivos, de la contemplación, requieren de la interacción con la obra. Cómo crear esta interacción que demandan los consumidores en una revista de arte?
Primero habría que definir “interacción”; si la intención es no ser pasivo, ¿cómo?, ¿recortando algunas de las obras para pegarlas después en el baño de un bar? (acabo de ver hace unos días que hicieron esto en Pachuca), o quizás tomarte el tiempo para leer la revista y entender la manera en que —a veces a propósito, a veces por suerte— el arte interactúa con los textos… no se, pienso que son conceptos ambiguos porque la interacción puede generase a partir la influencia que una lectura u obra de arte ejerza sobre ti, muchas veces se habla de que el público pide interacción cuando lo que busca es entretenimiento. Finalmente para que el arte te toque tienes que interactuar con él, dejarte envolver por él, ir a su encuentro; y este es un proceso que en todo caso se produce en nuestro interior… por otro lado, si nos ponemos a complacer las “demandas de los consumidores” acabaríamos haciendo un producto y compitiendo en un mercado específico que no es nuestro principal interés. La Palanca surgió de nuestra inquietud por compartir con nuestros amigos literatura y arte, presentados de una forma muy personal, por suerte ha gustado y nos hemos hecho de lectores habituales.
¿Qué peso da La Palanca a la imagen frente a los otros discursos escritos que publica?
El mismo, para mí tiene que existir un balance entre textos e imágenes, no se trata de que el arte ilustre a la literatura, a veces pasa, pero a veces también se relacionan de una manera más íntima, eso es lo que buscamos, afortunadamente creo que se logra a menudo. En La Palanca no temblamos cuando queremos utilizar una página completa para una imagen o varias páginas con texto. Desde la primera época apostamos por darle un lugar especial a ambos discursos.
¿Cómo editor, qué observas en el panorama de las revistas culturales; desaparecerá la versión impresa?
La tendencia es que sí, aunque muchos seguiremos prefiriendo la edición impresa en las manos, los nuevos dispositivos electrónicos de lectura ya permiten una relación bastante parecida. Por otra parte, hay que atreverse a explorar con soportes distintos. El concepto mismo de revista tiende a la apertura y a la evolución del medio. Supongo que los nuevos soportes van a generar lenguajes distintos, y esto siempre es positivo. Internet debe ser una buena opción para las revistas culturales porque amplía las vías para recepción y la retroalimentación. Se habla mucho de una crisis en las publicaciones culturales, desafortunadamente, vivimos en un país en que la presencia del Estado es prácticamente indispensable para la supervivencia de este tipo de publicaciones. Una revista cultural es una apuesta muy alta que debería preocuparse más por la penetración que por la permanencia, hay muchos casos de revistas emblemáticas y generacionales que con dificultad alcanzaron los 10 números. Ahora, esta “crisis” también puede analizarse como migración del impreso al soporte digital. Lo que pesa es la nostalgia de buscar ciertas revistas que ya no existen, que es difícil encontrar o que ya se transformaron en otra cosa.
¿Cómo hacer financiable un proyecto editorial de revista o más que financiable perdurable, tienen ciclos de vida y muerte las revistas?
Nosotros financiamos la publicación gracias a la generosa aportación de patrocinadores que anuncian sus negocios, pero con una intención más de mecenazgo que de publicidad, se trata de grupos e instituciones que han creído en La Palanca. Hay gente que nos ha echado la mano desde hace 15 años, y eso lo agradecemos infinitamente. También existe el recurso de acudir a los apoyos que otorgan instancias como CONACULTA a través del FONCA; a partir del número 18 y por un año contaremos con el Apoyo “Edmundo Valadés” para revistas independientes, que además de que nos ayuda un poco con la carga financiera, sentimos que es un reconocimiento a nuestro trabajo.
Por otra parte, para que un proyecto así perdure tiene que haber pasión por lo que se hace, estar en una constante búsqueda de ideas que nos permitan seguir adelante, si esa pasión se acaba te empiezas a repetir y será el momento de parar. Sí creo que todo proyecto de esta naturaleza tiene un ciclo, espero que el nuestro no esté por cerrarse aún. Muchas veces, la conclusión de un proyecto se genera por una falta de diálogo, es decir, una especie de resistencia a la transformación. Tan importante es conservar los lineamientos como estar abierto a otras posibilidades.
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