martes, 4 de agosto de 2009
Presentación #12
Texto de Guillermo García para la presentación de La Palanca #12, en el Centro Cultural del Ferrocarril el 18 de julio de 2009.
LA PALANCA. EL ENSAYO.
Las ideas son perfectas. Si tan sólo existieran. ¿Cuántas veces nos hemos topado, en cualquier charla, con el tipo que resuelve los problemas del mundo; que nos dice puntualmente, además, cómo resolver los nuestros? ¡Qué tipo! En su naturaleza platónica, se ha convertido en un ser inmóvil. Otl Aicher diría: no hay pensar sin hacer, no hay entendimiento sin conducta. Aicher estaba en contra de la planificación. De hecho, en sus textos parece aborrecer el término. Decía que la planificación es un concepto demasiado global y parte excesivamente del supuesto de que la materia es materia amorfa y que el verdadero ser de las cosas está en su plan, en su forma abstracta. Aicher afirmaba, por el contrario, que la materia es más inteligente que el espíritu; que la materia es materia organizada y lo factible sólo se puede hacer según las condiciones de la materia. Era un filósofo del uso. De la conducción, del ensayo.
Por otro lado, en el momento en que nos enfrentamos con la realidad, con lo concreto, con lo analógico, surge de inmediato el juego de las limitantes. En la entrevista con Alonso Arreola, que se publica en este número, hablamos un poco sobre esto. Su respuesta fue, palabras más, palabras menos: los límites son los padres de la creatividad. La limitante, el problema, la interrogante, el acertijo, la encrucijada, eso es lo que te obliga a ser creativo y a tomar decisiones. Pero claro, hoy vivimos en un mundo de mierda que pretende estar en banda ancha, un mundo en donde se nos invita a ensanchar el presente sin limitantes aparentes, entonces la producción del hombre se vuelve desordenada. Cuando te planteas las obras mediante limitantes, al final queda tu talento aprisionado, desnudo, en medio de un pequeño laberinto. Ahí está la verdadera prueba.
A mí me gusta la obra de Alonso Arreola porque está enmarcada. No pretende encontrar la quintaesencia musical, ni ser “original”. En Música Horizontal los cortes están previamente limitados por el bajo, la búsqueda de la proporción numérica y la literatura. Pero también por las condiciones mismas del músico. Condiciones que decidió afrontar con los recursos a su alcance. ¿Qué hace un bajista mexicano, que no canta, que no va a poner un hit en la radio, y que además, no es físicamente agraciado? Ensaya. Logra que 20 “benefactores” patrocinen, cada uno, una pieza de su álbum. Después, mediante diversos medios y limitantes de distribución, regala las 10 mil copias producidas. Diez de ellas, en posesión de La Palanca, para ser regaladas el día de hoy. ¡El tipo logró poner su música, con sus ideas estéticas, en manos de 10 mil personas! Arreola también es un músico del uso, de la conducción.
La palabra proyecto procede de yectar, arrojar. Aicher explica nuevamente: proyectar significa arrojar algo fuera de sí. Tal como se arroja un anzuelo. La palabra abarca la idea bastante bien. Se arroja algo a la altura para ver cómo se comporta. El entendimiento lógico es sustituido por el entendimiento a partir de prueba y error, en lo que hay que señalar, por cierto, que sin la inteligente capacidad de realizar un ensayo, tampoco es posible el error. Los ensayos, dice Aicher, deben ser inventados. La Palanca también se inventó su propio ensayo. Y sigue “arrojando” cada ejemplar para ver cómo se comporta. Se ahorró los lamentos de la poca difusión cultural pero, sobre todo, las habladurías de los espacios que pretenden resolver la vida desde su “trono cultural”. ¡O cambiar el mundo! ¿Qué se creen? La Palanca prefirió el camino del uso. Aquí está el ensayo número doce.
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